Mariluz Arias ELA BUENA DISCIPLINA
La buena disciplina
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Bendiciones,
Enio
LA BUENA DISCIPLINA
by Charles Stanley
HEBREOS 12:11 “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.”
Para tener una mayor comprensión de la disciplina de Dios, trata de recordar tu niñez. Tal vez oíste estas palabras familiares de tu madre o de tu padre: "Esto me duele a mí más de lo que te duele a ti". En ese entonces, probablemente no apreciaste ni creíste ese sentimiento; ni tampoco comprendiste su verdadero significado hasta que te convertiste en adulto.
La disciplina es dolorosa tanto para el receptor rebelde, como para el bondadoso administrador; sin embargo, los beneficios son mayores que el sufrimiento.
Un buen padre ama al hijo lo suficiente como para mirar más allá de su comodidad inmediata, y para buscar un objetivo a largo plazo más beneficioso: la transformación de un muchacho necio y egoísta en un adulto sabio y juicioso.
El Padre celestial actúa de la misma manera para hacer madurar a sus hijos. La disciplina divina es una parte necesaria del proceso, y una expresión de la bondad y el amor de Dios. Aunque Dios conoce el medio más efectivo de disciplinarnos, el resultado está en gran medida determinado por nuestras actitudes y respuestas.
Podemos decidir someternos y ser enseñados por Él, o a rebelarnos y perder la oportunidad de crecer a semejanza de Cristo. Dios siempre está actuando para nuestro bien, pero cuando decidimos hacer nuestra propia voluntad, rechazamos lo mejor de Él y afligimos Su corazón.
Alinea tu pensamiento con la verdad de la Palabra de Dios y evitarás el dolor y el sufrimiento de la disciplina divina que producen el fruto amargo de una actitud hostil, un corazón lleno de ira, y una visión distorsionada de Dios y decide ser dócil, y Él producirá en ti el fruto apacible de la justicia y de paz en tu vida.
ORACIÓN: Dios de amor, Dios de bondad. Perdóname mis errores y faltas. Ayúdame a ser mejor cada día para agradarte en todo momento. Bendice y protege a mis seres queridos. Por Cristo Jesús. Amén.
Leer | Hebreos 12:5-11
5 Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, 6 porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.»
7 Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?
8 Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos.
9 Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos?
10 En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad.
11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.